El Caparazón de Casiopea

Poema XVIII Dime princesa, ¿por qué te sonrojas? si a ti se dirige  este charlatán ¿acaso sus desmedidas lisonjas logran dibujar sonrisa en tu faz? ¿a qué se debe, que siempre tú escojas a este estratega cuyo único plan, es rellenar de palabras su alforja a cual más ficticia, escasa o fugaz? Cuenta princesa, ¿cómo es que soportas? éste, mi cuento de nunca acabar donde el recuerdo y también la memoria son esquivados por siempre jamás. Volviendo irremediablemente corta nuestra permanencia en el palmeral dónde  más incontestable victoria sobre avatares, no tiene lugar. Habla mi princesa, por esa boca confirma o desmiente si de verdad ¿lo que producen mis manos ociosas manifiesta efecto colateral? si tu ansiedad o suspiros controla si tu ánimo no consigue minar lo que producen mis manos ociosas ni me molesto ni quiero cambiar.

Poema XVII Virtud de los Dioses vagar por la tierra con simple objetivo de certificar que meros mortales al pie de la letra por sus emociones suelan claudicar; pues capaces son de declarar la guerra por diversas causas...a cual más banal y sin importar el crimen que perpetra su controvertida visión de la paz. Virtud de los Dioses errar por la tierra buscando sentido al fruto del azar que de los mortales, sin tregua,  destierra intento de examen a la libertad; mostrando fugaces y a veces ligeras las radiaciones capaces de arrojar; tal vez un axioma, quizá un teorema, que rompa entretelas de la voluntad. Virtud de los Dioses andar por la tierra con el cometido de ratificar que meros mortales tienen por condena a su existencia los motivos no hallar, y estando distantes, se encuentran alerta por si les llega la hora en la que evitar bastante probable o inminente reyerta que a los mortales les vaya a equiparar. ...