Poema XXI
No supo darse jamás por vencido
albor de tregua más bien no conoce
¿hay más razón para así ver cumplido
consecución del mejor final broche?
Estimó crucial forjar su destino
calor de la fragua no le corrompe
¿cómo se pueden doblegar motivos
de quién si hay que capear no se esconde?
Causa el martirio entre sus enemigos,
valor al alza su carisma y porte
cuando es preciso hurgar en los designios
que dan cobijo a todos los resortes.
Pausa el delirio de los afligidos
pavor espanta de mentes y voces,
y si es necesario mueve los hilos
de la balanza y a quién le corresponde.
Y si mantiene formas en sigilo
muchos le exigen que no se demore,
sus métodos siempre son bienvenidos
pues causan alivio que no tiene tope.
No obstante, no puede ser más esquivo
menos inclinado a aglomeraciones;
hasta el punto de dudar si está vivo
y si alguna vez llegó a tener nombre.
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