Poema XXII
Tras el haber priorizado
números sobre personas,
y dejado contemplado
persistencia de esta norma;
bajo cualquier circunstancia
sin importar precedentes,
mucho menos consecuencia
de pensamiento corriente.
nada queda asegurado
todo enfila hacia un destino,
lo que no está sentenciado
pende de un hilo muy fino;
y se derrumban cimientos
perdiéndose la esperanza
de aquellos que van más lentos
al momento de la danza.
Perforados los escudos
y deshechas las corazas
se ve al Rey vagar desnudo
y al pueblo comer migajas,
por hacer caso a ese templo
que no alertó del eclipse;
ni de ladrones del tiempo
otros que los hombres grises.
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