Poema XXIV

Cuando proceda el hincar la rodilla
y pocos suspiros se nos concedan,
y el universo sólo por mirilla
cada vez menos el verse se pueda;

cuando por cerca y lejos de la orilla
todos los martirios que se sucedan,
sean  por pertenecer a una villa
con un más que estricto toque de queda;

cuando la Luna sabiéndose altiva
quiera cambiar relación con la Tierra,
y tras consejo de su comitiva
decida enterrar el hacha de guerra;

cuando se queme la última misiva
porque  lenguaje no aporta maneras,
de estimular a las mentes cautivas
dentro de propias y extrañas fronteras.

cuando desborden los ríos de tinta
aleccionados por golpes de furia,
y tras pasar su caudal quede extinta
más caritativa de las alcurnias;

sé que habrá quien, aun de forma sucinta,
recopile tal...de la vida injuria,
pues compendiar es la más indistinta
operación que atempera  penurias.















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